Hay cuatro áreas concretas en las que la nube puede mejorar nuestras infraestructuras y el servicio que prestamos tanto internamente a nuestros departamentos, como a nuestros clientes: identidad y seguridad, virtualización de servidores (PaaS / IaaS), capacidad de almacenamiento bajo demanda y recuperación de desastres/backup.
Cuando las necesidades de los negocios son siempre cambiantes, es difícil seguir el ritmo desde los departamentos de TI.
La solución no puede consistir en sobredimensionar las infraestructuras on-premise, porque no disponemos de presupuesto para ello. Y aunque lo tuviéramos, entraríamos en un ciclo de soporte y mantenimiento que también es consumidor de recursos.
La opción más interesante sin duda, es optar por las tecnologías cloud para extender nuestras capacidades.
IDC nos indica en sus predicciones que para el 2020 al menos el 50% de las inversiones de los departamentos de IT, será cloud (siendo la cuarta prioridad de inversión europea en 2 años), reduciéndose un 20% las on-premise. Y en tres años, al menos el 45% de las infraestructuras y el software de las corporaciones europeas, estarán en entornos en la nube.
En este contexto, actualmente el nuevo gasto cloud en España está en torno al 40% de las inversiones de TI, siendo la base para proyectos de transformación digital ligados a la movilidad, el Big Data o Internet de las Cosas, entre otros.
¿Por qué deberíamos nosotros extender también nuestras infraestructuras hacia la nube?
- La nube puede mejorar la disponibilidad, el rendimiento y la capacidad de mi centro de datos, además de ahorrar tiempo y recursos locales. Recordemos que pasamos a un escenario de pago por uso.
- Supone importantes ahorros de mantenimiento y soporte, evitando así la actualización de equipos y de software y el mantenimiento de unos elementos que consumen recursos del departamento de TI.
- Porque el mundo se está moviendo a una filosofía mobile-first, cloud first, y la nube híbrida es la respuesta a esta tendencia.
Las soluciones de nube híbrida de Microsoft basadas en su plataforma de servicios Azure, cuentan además con herramientas de gestión que nos permiten administrar y recuperar cualquier plataforma, cualquier nube y cualquier carga de trabajo, disponiendo de toda la seguridad y toda la protección posible.
Se puede usar la nube híbrida de Microsoft como una ruta para migrar su empresa y sus necesidades de TI a la nube, o bien para integrar plataformas y servicios en la nube con su infraestructura local existente, como parte de su estrategia de TI.
Finalmente, la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en mayo de 2018, que impondrá un nuevo marco de trabajo a todo tipo de empresas y organizaciones, supone sin duda un estímulo para revisar procesos en la gestión del dato.
Afortunadamente Microsoft está altamente comprometida con los objetivos de seguridad, privacidad y transparencia. Cuenta para ello con el conjunto de funciones de cumplimiento más completo de los proveedores de servicios en la nube.
Si necesita ayuda en este proceso de transformación del negocio sin olvidar en este horizonte tan cercano la necesidad de adaptarse a la nueva normativa, puede contar con nuestra experiencia como consultores especializados.